jueves, febrero 14, 2008

Hoy

Entraba a casa preguntándome en cuántos puntos del planeta tienen el privilegio de encontrarse con momentos como éste en plena calle. En Madrid no hay más que ir de casa a Muji (c/ Fuencarral número ene. Ultrarrrrrecomendable) para que en el camino de vuelta aparezca este espectacular predicador. Desafortunadamente la fantasma que se coló en el encuadre no permite apreciar su aspecto de vendedor de elixir. Gracias, P., por la foto, y por llevarme de compras.

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