sábado, diciembre 30, 2006

¿En un museo?


El último post de C. es demoledor. Lo he leído muy deprisa y no me atrevo a releerlo. Sé que si lo hago acabaré cometiendo la vulgaridad de reclamar algún material gráfico virtual que pide a gritos salir a la luz. En cualquier caso (ya estaba divagando) iba a comentarlo pero me he dado cuenta que me daba para escribir algo aquí; sin problemas de espacio ni de moral.
Siempre he querido ser más ágil como ligón. Nunca he sabido hacerlo; aunque la verdad es que casi nunca lo he intentado. Nunca he entrado a una desconocida en un bar. Ni en un bar ni en un museo... ni en Ikea. Cuando pienso por qué, creo que es una mezcla de timidez, educación y orgullo (no sabría ponderar unas y otro). Me ha venido a la mente imaginando las decenas de miles de nuevas relaciones, largas o cortas, que salen todos los días en museos, exposiciones, conciertos, ... y todas con la misma estructura; la que define C. y la que confirma la comentadora de su post. Algunos con tanta naturalidad y otros ni en un sitio ni en otro. (L. me acabó contando como alguna vez ha llegado a "conceder" a ligones de exposición de fotografía; una variedad más alternativa que los ligones de museo). Y yo sin haber entrado en toda mi vida a una desconocida.
Por centrarme un poco, y como he dejado caer antes, lo que quería en realidad es hablar de otra cosa. Últimamente pienso que hay un entorno especialmente ideal para ligar. Ikea. A lo mejor es por que voy demasiado a Ikea (hay meses que he ido hasta dos veces) pero no puedo dejar de pensar que es un escenario ideal. Decenas de chicas solas; a veces por parejas. Tremendamente atractivas, alternativas, sexies. Con ropa de pana, malasañeras, peinados ideales y preciosas bandoleras. Me encanta mirar a las treintañeras de Ikea. El eye-link que estableces es irresistible. Un pelo más corto que el que consigues en un museo, claro, y por supuesto mucho más corto que en la salida de un concierto de música antigua (las aficionadas a la música antigua son mucho más fáciles que las que van a conciertos de música clásica basura, por cierto) Pero al fin y al cabo, es un irresistible enlace visual... y vuelvo a divagar. En Ikea no hace falta ir de fotógrafo para entrar a treintañeras de precioso tipo y ofrecer una foto atada a un cabecero de forja tocada solo con una boina. Puedes esperar en la sección de sanitarios, acercarte por detrás, y dejar caer algo como "Estuve buscando una solución así pero no la tienen. Al final cogí una estantería Lack y la he modificado para convertirla en un bastidor que sostiene un lavabo flotante". Dicho en el momento oportuno te hará parecer irresistible ante o una o dos treintañeras desamparadas en Ikea. Con más pelotas todavía puedes hasta pedir a alguna que se siente contigo en un sofá Kipplan; la estrategia es pretender necesitar saber qué aura aparece con dos personas sentadas. Luego no tienes más que continuar discutiendo si la funda de borreguito amarfilado porno irá bien con el suelo Tundra blanco.
El único mensaje de este post es que estoy convencido de que ya hay potentes cuarentones en sus productivos early forties, por supuesto, que en lugar de utilizar museos o exposiciones de fotografía, follan sin parar gracias a Ikea. Por muchas razones no seré nunca uno de ellos y lo único que quiero es que alguien me diga: "Sí, yo los he visto. Existen". Para mí será como haber predicho y modelado la existencia del neutron por un excedente de masa en la materia medida.

viernes, diciembre 22, 2006

El coche



Un amigo me ha mandado las fotos del coche más bonito que he visto jamás... o que recuerdo haber visto. Las he subido a Flickr. Sin duda es el coche ideal para hacer el amor de una forma intermedia entre Érase una vez en América y Titanic.

martes, diciembre 19, 2006

Una fantasia cualquiera...

Hoy vuelvo tarde a casa. Mido si vuelvo pronto o tarde según está o no, en frente de mi portal, el coche patrulla de la Policía Municipal. Cuando me levanto ya está ahí aparcado, vigilando mi portal y, ojalá, vigilándome a mí. Hay días que tiene dos policías municipales dentro (me gusta llamarles pitufos, pero hoy les llamaré policías municipales). Otros días no hay nadie en el coche; a veces están fuera al lado del coche. En otras ocasiones me encuentro con cinco o seis policías municipales de cháchara con otros dos, que deben ser "de paisano" (o "secreta", como he oído decir a muchos paletos catalanes cuando se refieren a los "de paisano").
He comenzado a odiar el uniforme que Gallardón ha puesto a su policía. Tiene un corte militar que me molesta, pero supongo que los ayuntamientos de centro derecha hacen estas cosas; también supongo que los de centro izquierda, como son progres, no ponen estos uniformes a la policía. Me gusta más el concepto de uniforme progre. Así vestidos, casi parecen vigilantes de metro, pero mucho peor por esa leyenda de "Policía Municipal" en amarillo fosforito que llevan en la espalda. Botas militares y una cómica boina, militar claro. Su actitud sin duda cambia cuando se ponen ese uniforme; igual que los extraterrestres del chiste en que se encuentran un tricornio al aterrizar en un planeta tierra deshabitado. Además, como me hizo ver H. cuando se lo comenté hace unos días, vestidos así "imponen" a quien no tiene que imponer. Un malote malote sabe que un policía municipal es un policía municipal. Aun así, todo tiene una parte positiva. Mi fantasía con una policía municipal.
Tengo una fantasía con una policía municipal que está a veces vigilando mi portal, que no a mí. Es una policía municipal rubia, pero creo que revenida; osea oxigenada; de bote. Esto quita mucha fuerza a la situación, claro. En mi fantasía ella solo lleva puesta su ridícula boina de corte militar, y las chulibotas de corte militar. Ah, y lleva un tanga con la bandera de la Comunidad de Madrid. Yo la estoy sodomizando, sin quitarle el tanga por supuesto. Estoy desnudo, pero llevo un slip como el de Torrente, con la Bandera Nacional. Le pego con su porra, como en toda fantasía que se precie. Le pego mientras le exigo que diga "¡Gallardón president!". Ella no se entera y dice "¡Gallardón presidente!". "¡¡No, no!! ¡Gallardón president, y con acento de Lérida!", replico. Entonces ella lo dice bien, pero no imita bien el acento de Lérida, claro. Es una policía municipal de Madrid.
Nada de esto ocurriría, quiero decir, imaginaría, si llevaran una chaqueta, zapatos castellanos y pantalón de raya y pinzas, claro; así que es bueno siempre mirar la parte positiva de todo, hasta del ridículo uniforme de corte militar de nuestra policía municipal.
Lo de la fantasía es mentira, claro. Se me acaba de ocurrir, pero me ha parecido gracioso ponerlo por que seguro alguien me cree capaz de imaginar algo así, y que me excite, claro. Por cierto, en el próximo post compensaré el anterior a éste. Creo que he batido mi record de comentarios gracias a haber salido del armario y hablar de mi matrimonio.

lunes, diciembre 18, 2006

Las dos sesiones del dia

Impresionante descubrimiento el electro en directo de Codec&Flexor. Fue la guinda para ayudarme a metabolizar el aterrizaje en Gibraltar del primer vuelo directo desde Madrid (bueno, la aproximación de mi hermano al tema en la comida de hoy también me ha ayudado algo, la verdad). No bajéis nada de estos dos (de Codec&Flexor, claro... no de Zapatón y Caruana); creo que no merece la pena escucharles fuera de una sesión (sigo hablando de música), o de su performance. Algunos oiremos algo el 31, en Km-1 ¿Musik für freaky Roboter?.

jueves, diciembre 14, 2006

¿Y mi anillo?

Y al final de la conversación al final de la roda al final de la tarde; X (no me atrevería a identificar al pecador) acaba cogiéndome las manos diciendo "¡Pero tú... pero tú... pero tú seguro que estás casado!" Y comienza a buscar mi anillo de compromiso. En ese momento es una putada que los cortitos (algunos tardan menos) necesitemos 35 años para enterarnos de como funcionan tantas cosas... :-D
(No sabría como poner sonrisas de fondo... mezcladas con alguna voz en off, claro.)

lunes, diciembre 04, 2006

-Si dejamos los coches juntos aquí esta noche tendrán cochecitos...-
-A ver... vamos por partes... A lo mejor si me enfilas en cola con uno de esos Apache tan pintones con un buen artillero maricón y me pillas despistado volando un autogiro de barrio, puede que haya algo de sexo; pero te aseguro que mi 986 no se va a follar a tu S2000; en este garaje, claro. Los Porsche (pronúnciese "pogsh", por favor) nos follamos a estas nenazas Honda (aspiré la hache) y sus tetracilíndricos tan revolucionaditos, pero en las curvas de Robledo de Chavela; seguro; por que en lo que subís el puerto nos da tiempo a parar para mandar un mensaje a las estrellas-
Y entonces saca una pistola de señales de su aterciopelada chaqueta; la reglamentaria de su equipo. No imaginé que un tío así vestido llevara una pistola, y menos de señales, pero había olvidado que era piloto de helicóptero. Siempre llevan una pistola de señales. No me dio tiempo a reaccionar y golpearle con una meia lua de compasso. Me disparó a bocajarro en la laringe; por bocazas. Mientras me desangraba y me ardía el cuello, antes de perder el conocimiento para siempre, pensé que me estaba bien empleado. Lo de venir a pinchar a esta fiesta era para nota. Notable alto pensaba sacar. Pero no.

Pero no; volví a la realidad tan rápido como me había evadido de ella. Desgraciadamente estoy condenado a que la vida sea mucho más normal, así que ante el mini-momento mini-chiste de los cochecitos sonreí y seguí cargando con mi DJ Set para pinchar en la fiesta del chico de V.
[...]
¡Montaña, no tengo vino!
[...]
La pistola de señales no volvió a aparecer en ninguna escena paralela de mi personaje hasta que se me acercó una pequeña troll.

- Perdona, la música está muy alta y me está haciendo levantar la voz para hablar con mi amiga.
Me quité mi gorra. Siempre llevo la de la mariposa con lentejuelas doradas por que está ahuecada y ahí puedo guardar una micro pistola de señales para disparar a la cara a las pequeñas trolls antes de que desencajen la mandíbula y me arranquen la cabeza de un mordisco; pero de repente volví a la realidad. No había ninguna micro pistola de señales. No puede abrasar la cara a nadie aunque la pequeña troll seguía a mi lado esperando alguna respuesta. No supe qué decir así que seguí a lo mío; sin duda pensó que era imbécil; ya me lo encontraría en el guión; en mi última frase de la noche. El papel fue un cameo estelar: "Esto es para nota".