lunes, diciembre 04, 2006

-Si dejamos los coches juntos aquí esta noche tendrán cochecitos...-
-A ver... vamos por partes... A lo mejor si me enfilas en cola con uno de esos Apache tan pintones con un buen artillero maricón y me pillas despistado volando un autogiro de barrio, puede que haya algo de sexo; pero te aseguro que mi 986 no se va a follar a tu S2000; en este garaje, claro. Los Porsche (pronúnciese "pogsh", por favor) nos follamos a estas nenazas Honda (aspiré la hache) y sus tetracilíndricos tan revolucionaditos, pero en las curvas de Robledo de Chavela; seguro; por que en lo que subís el puerto nos da tiempo a parar para mandar un mensaje a las estrellas-
Y entonces saca una pistola de señales de su aterciopelada chaqueta; la reglamentaria de su equipo. No imaginé que un tío así vestido llevara una pistola, y menos de señales, pero había olvidado que era piloto de helicóptero. Siempre llevan una pistola de señales. No me dio tiempo a reaccionar y golpearle con una meia lua de compasso. Me disparó a bocajarro en la laringe; por bocazas. Mientras me desangraba y me ardía el cuello, antes de perder el conocimiento para siempre, pensé que me estaba bien empleado. Lo de venir a pinchar a esta fiesta era para nota. Notable alto pensaba sacar. Pero no.

Pero no; volví a la realidad tan rápido como me había evadido de ella. Desgraciadamente estoy condenado a que la vida sea mucho más normal, así que ante el mini-momento mini-chiste de los cochecitos sonreí y seguí cargando con mi DJ Set para pinchar en la fiesta del chico de V.
[...]
¡Montaña, no tengo vino!
[...]
La pistola de señales no volvió a aparecer en ninguna escena paralela de mi personaje hasta que se me acercó una pequeña troll.

- Perdona, la música está muy alta y me está haciendo levantar la voz para hablar con mi amiga.
Me quité mi gorra. Siempre llevo la de la mariposa con lentejuelas doradas por que está ahuecada y ahí puedo guardar una micro pistola de señales para disparar a la cara a las pequeñas trolls antes de que desencajen la mandíbula y me arranquen la cabeza de un mordisco; pero de repente volví a la realidad. No había ninguna micro pistola de señales. No puede abrasar la cara a nadie aunque la pequeña troll seguía a mi lado esperando alguna respuesta. No supe qué decir así que seguí a lo mío; sin duda pensó que era imbécil; ya me lo encontraría en el guión; en mi última frase de la noche. El papel fue un cameo estelar: "Esto es para nota".

No hay comentarios: